Hace un par de días atrás, nos reencontramos de nuevo en nuestra casa…

Luego de dos años donde nos embargaba la zozobra de una enfermedad que llego de la noche a la mañana, de dejar de saludarnos con la fraternidad de un beso, un abrazo o un simple pero carismático apretón de manos, volvimos a compartir como la gran familia que somos, por supuesto sin dejar todos los protocolos de seguridad que nos recuerda que el virus aun está y debimos a prender a vivir con él.

Hace un par de días atrás, nos reencontramos de nuevo en nuestra casa, en la estación central donde gracias al departamento de deportes nos contagiamos de las carcajadas que por el uso obligatorio del tapabocas nos veíamos en los rostros de nuestros compañeros, disfrutamos de partidos de vóleibol como si fuera el mundial 2022; tomamos distancia para ver lanzar las argollas de sapo entre las parejas que jugaban el torneo y bailamos al ritmo de la rumba terapia que no puede faltar.

Desde las nueve de la mañana una maya se izó en el parqueadero y como todos saben el arbitraje debía ser por lo alto, así que la escalera tenía que acompañarnos para ver como los equipos de las áreas administrativas, personal remunerado y voluntarios se disputaban entre sí quienes eran los mejores en esta disciplina deportiva.

Sobre el mediodía y como en toda integración no puede faltar un buen sancocho que gracias a nuestros bomberos Melquisedec Velasco, Fabiola Romero, entre otros nos permitieron retomar fuerzas para los encuentros de sapo y el cierre de la jornada sobre las 4:00 Pm a ritmo de música a cargo de la bombero Laura Gallego quien nos hizo bailar como trompo sarandengue.

A nuestro concejo de oficiales, a nuestro comandante el Capitán Eduardo Sierra Salinas y a nuestro director deportivo el bombero Daniel Caicedo gracias por permitirnos reencontrarnos por medio del deporte luego de momentos difíciles.